Viviendo una vida eco sin culpas ni obsesiones

Viviendo una vida eco sin culpas ni obsesiones

 

Portada del Podcast

Viviendo una vida eco sin culpas ni obsesiones

escucha la nota del blog en audio aquí.

 

Si hay algo que he aprendido en este camino hacia una vida más sostenible, es que el perfeccionismo es el peor enemigo del cambio. Durante mucho tiempo pensé que ser eco significaba hacerlo todo perfecto: cero residuos, consumo responsable al 100%, sin huella de carbono. Pero la verdad es que esa mentalidad solo lleva al agobio y, en muchos casos, al abandono.

 

Así que decidí enfocarlo de otra manera: hacer lo que puedo, cuando puedo y como puedo. Sin culpas ni obsesiones, porque creo que lo importante no es ser "perfecto" sino constante. Hoy quiero compartir tres pequeños cambios que he ido incorporando en mi día a día y que han hecho la diferencia sin sentir que estoy sacrificando mi estilo de vida.

 

1. Aceptar que no siempre puedo elegir la opción más eco y está bien 🌍

 

Antes, cada vez que tenía que elegir entre una opción sostenible y una más práctica pero menos ecológica, sentía que fallaba. Ahora entiendo que no siempre se puede, y que hacerlo a veces ya es mejor que no hacerlo nunca.

 

Un ejemplo claro fue cuando me mudé al campo, aquí no hay tiendas a granel ni tiendas eco-friendly. Durante un tiempo me sentí culpable por llevar a casa productos envasados ​​en tanto plástico, pero luego pensé: ¿realmente es más sostenible viajar muchas horas solo para comprar "mejor"? ¿Y la huella de carbono que genero en el viaje? eso tampoco es ecológico así que acepto las opciones que tengo a mi alcance: las que son eco, las que son más o menos eco y las que no.

 

2. Simplificar en lugar de acumular alternativas "eco" 🏡

 

Cuando empecé este camino, me obsesioné con reemplazar todo lo desechable por opciones reutilizables.

 

Hice una lista de todos los productos que creía que debía tener para ser eco y sentía que me faltaba mucho para "llegar a ser una persona eco" y eso me frustraba. Con el paso del tiempo, leer blogs y escuchar experiencias de otras personas que van en este mismo camino descubrir que ser sostenible también significa consumir de forma consciente, no acumular cosas por tenerlas. 

 

Así que decidí enfocarme en simplificar: si tengo algo y funciona, lo sigo usando hasta el final de su vida útil. No se trata de tener la versión "verde" de todo, sino de aprovechar lo que ya tengo.

 

3. Cambia el “todo o nada” por el "poco a poco" 🌿

 

Son varias las ocasiones en que he comprado un snack empacado en plástico esto me generó culpa y sentí que estaba arruinando todo mi esfuerzo pero a hora lo veo distinto: hago lo mejor que puedo en cada contexto y si un día tengo que generar un residuo, no significa que haya fracasado.

 

Lo importante es el conjunto de acciones que tomamos a lo largo del tiempo, no una sola elección puntual. Aceptar esto me ha permitido relajarme y continuar con mi estilo de vida eco sin estrés ni frustración.

 

Creo que no se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo posible. Si un día no logro evitar un residuo, no pasa nada, al día siguiente vuelvo a intentarlo. Lo importante es avanzar, aunque sea con pasos pequeños.

 

Al final, lo que he aprendido es que una vida ecológica no puede sostenerse a punta de prohibiciones o restricciones. Se trata de encontrar un equilibrio y de hacer cambios que sean realistas para nuestro día a día.

 

Porque cuando el cambio es sostenible para ti, también lo será para el planeta. 💚

Regresar al blog

Deja un comentario