ideas para reutilizar frascos de vidrio

Cómo reutilizar los frascos de vidrio

Es posible que te preguntes cómo puedes reutilizar los frascos de vidrio y la verdad es que tienen infinitas aplicaciones: puedes usarlos como especieros, floreros, vasos para beber, para congelar alimentos o para llevar comida, para almacenar botones, puntillas u otro tipo de elementos pequeños; lo único que debes hacer es prepararlos para estos nuevos usos. 


Tan pronto desocupes el frasco, elimina el adhesivo y las etiquetas: algunas etiquetas se pueden retirar con ayuda de tus uñas levantando una esquinita y halando la etiqueta. Existen otras que no podemos retirar de esta manera y necesitan un paso adicional. Para ello, sumerge el frasco en agua caliente y la etiqueta se irá despegando. Cuando el frasco esté tibio, retira la etiqueta de papel con tus dedos para irla levantando. Luego, aplicas bicarbonato de sodio y aceite (cualquier aceite que tengas funciona) sobre los restos de pegante de la etiqueta. Lo dejas de 1 a 2 horas (puedes dejarlo más tiempo, a mí a veces se me olvida y lo dejo toda la noche) para que ablanden por completo los restos de pegante de la etiqueta y lo lavas con esponja, agua y jabón como de costumbre; así estarán listos para usarse. Puedes ver el video tutorial aquí


Respecto a los usos que puedes darles, te voy a compartir los que yo les he dado y cómo me han funcionado. Empecé a usarlos como faroles para diciembre, puse unos pétalos de flores y unas velitas pequeñas dentro, como resultado tuvimos una noche de velitas sin desperdicios, sin parafina que limpiar o levantar del piso, y además un agradable aroma de los pétalos de flores que se quemaban con las velitas. 


Luego empecé a usarlos para almacenar algunas de especias, recurriendo a todos los frasquitos del mismo tamaño y de boca ancha que he venido recopilando desde hace dos años más o menos y funcionan estupendamente por las siguientes razones: uso lo que ya tengo, las tapas son estándar en todos los frascos que tengo, excepto las botellitas, entonces pude dejar todas las tapitas doradas para mi especiero, y en caso de pérdida de una tapa o daño de algún frasco puedo reemplazarlo fácilmente. Estos frasquitos tienen un tamaño suficiente para guardar las especias y demás alimentos, son fáciles de rellenar y gracias a su boca ancha puedo sacar cucharadas de las especias si lo necesito, además, basta con verlos para ver lo que contienen y si es momento de abastecerme.


Desde que descubrí que puedo usar los granitos del café que preparo en las mañanas como exfoliante, también acudo a estos contenedores reutilizables. Lo que hago es poner a secar los cunchos de café en una bandeja para que se sequen y luego lo mezclo con un poco de azúcar y aceite de almendras. Lo guardo en un frasco de vidrio y me puede durar hasta un mes, teniendo cuidado de no dejarle caer agua a la mezcla.  


Le he dado regalitos de comida a algunos amigos y familiares empacados en estos tarritos. He envasado allí mermeladas de frutos rojos y natilla. Para ésta última, en lugar de ponerla en la refractaria o recipiente donde normalmente la pones, distribúyela en frasquitos de vidrio reutilizados, puedes decorarla con una cucharita de madera, una etiqueta para marcarla, florecita de decoración y amarras con hilo de yute. En este instante se me ocurre que para envasar gelatina los frasquitos también podrían funcionar muy bien. También los uso para preparar pudines para el desayuno; en la noche coloco avena, chía y leche de almendras dentro, los pongo en la nevera y al otro día agrego fruta y tengo un desayuno nutritivo y rápido. 


Debido a que este tipo de alimentos se almacenan en la nevera, pensé en subir de nivel, usando estos recipientes para congelar alimentos y les cuento que funcionan de maravilla. ¿Porqué? Bueno, la primera razón es que debido a que son herméticos conservan muy bien lo que contienen, y evito el uso de contenedores plásticos. Es común pensar que no debemos congelar frascos de vidrio porque pueden estallarse, pero sólo debes tener en cuenta llenarlos un poco más de la mitad del frasco; esto es, porque, los alimentos congelados tienden a expandirse, entonces debemos dejar ese espacio sin llenar para que los alimentos puedan ampliarse sin riesgo de forzar el vidrio y hacer que se rompa. 

 

Otro tip que he aprendido con el tiempo, y no sé si les haya pasado, pero, en algunas ocasiones los frascos estén en la nevera o en la alacena, se ponen imposibles de abrir y aquí ponemos nuestro nivel de fuerza y el de las personas que viven con nosotros a prueba. Pues, déjame contarte la forma más fácil de lograr retirar la tapa sin causar dolor en los dedos ni que el frasco salga volando. Ubica la parte central de la tapa del frasco y presiónala hacia abajo, notarás que es una parte movediza, espera que vuelva a subir y vuelves a presionar unos tres o cuatro veces más. Con este movimiento lo que estamos haciendo es hacer que el vacío se pierda y la tapa se afloje. De esta manera ya podrás destapar el frasco con facilidad. 


Las botellitas de cuello largo, las dejo para envasar la leche vegetal que preparamos en la casa. Me gustan para este trabajo porque son fáciles de usar y de medir a la vista en las preparaciones de comidas. Algunos tarritos me parecen aptos para usar como vasos así que les doy ese uso. Estos son los usos que he probado hasta ahora con los frascos de vidrio y debo confesarles que estoy encantada con ellos, de hecho, a veces me encuentro con frascos desocupados usados por otras personas y no puedo resistirme a llevarlos a casa porque ya estoy pensando en que uso podría darles si me lo llevo en el bolso. Después de todo, el paso final en el ciclo de vida de los envases de vidrio siempre debe ser reutilizado o reciclado. Te invito a elegir la primera opción, ya que como sabes siempre será mejor reutilizar que reciclar. Juntos, podemos contribuir a un medio ambiente sano y seguro para el futuro.

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