Guardando pan de masa madre en panera

Cómo guardar el pan de masa madre

El pan de masa madre es un elemento fundamental en mi vida diaria. Me encanta disfrutarlo en desayunos, almuerzos o cenas, y aunque mi sueño es aprender a prepararlo en casa, por ahora, lo consigo en la panadería. Sin embargo, me preocupa la forma en que lo almaceno y conservo para evitar generar residuos innecesarios. Aquí te cuento algunos trucos que he aprendido y los múltiples beneficios que tiene este delicioso pan.

En primer lugar, es importante destacar los beneficios nutricionales del pan de masa madre: 

  1. Nutrición de primera: Está lleno de vitaminas B, como la B2, B9 y B12, que mantienen tu energía y hacen que tus glóbulos rojos estén felices. Además, tiene antioxidantes que luchan contra el estrés oxidativo y minerales como hierro, calcio, magnesio y zinc.

  2. Amigo del estómago: La fibra dietética que contiene ayuda a que tu sistema digestivo funcione de maravilla. Y, ¿sabes qué? ¡Tiene un índice glucémico más bajo que el pan normal! Esto significa que mantiene tus niveles de azúcar en sangre bajo control.

  3. Ecosistema feliz: ¿Sabías que ayuda a que los buenos bichitos en tu intestino se reproduzcan? Sí, los probióticos y prebióticos en el pan de masa madre son como una fiesta para tu microbiota intestinal.

  4. Incluso para los intolerantes: Si eres de los que evita el gluten, ¡este pan es tu héroe! Es una opción sin gluten, así que puedes disfrutarlo sin preocupaciones.

  5. Duradero y delicioso: Dura más tiempo que el pan normal, así que no tienes que preocuparte por que se ponga duro rápidamente. Y gracias al proceso de fermentación, tiene una textura y un sabor que te van a encantar.

¡Resumiendo, el pan de masa madre es la opción perfecta para mantener tu cuerpo y tu estómago contentos!

Ahora, vamos a entrar en materia respecto a la manera correcta de almacenarlo. Primero, no lo guardo en la nevera porque el frío lo seca y cambia su textura. Si tengo pan extra que no comeremos pronto, lo congelamos. Cuando lo necesito, lo saco y lo dejo descongelar a temperatura ambiente. Luego, le doy un toque en el horno para que recupere su textura original.

Para guardarlo, opto por una bolsa de tela de algodón en lugar de plástico. ¿Sabes por qué? Porque el plástico hace que el pan se ponga duro y empapado, ¡y nadie quiere eso! La tela permite que el pan respire, manteniendo la corteza crujiente y el interior suave y esponjoso. Solo asegúrate de cerrar bien la bolsa y guárdala en un cajón para evitar que el aire lo endurezca.

Ah, y si te sobra pan y no sabes qué hacer con él, tengo una receta rápida y deliciosa: tostadas francesas. Solo necesitas un banano maduro, canela molida, linaza molida y leche de almendras. Trituras el banano, agregas los otros ingredientes, remojas las tajadas de pan en la mezcla y las doras en un sartén. Listo para disfrutar

¡Así que ya lo sabes! Con estos simples consejos, puedes disfrutar del delicioso pan fresco de forma más práctica y respetuosa con el medio ambiente. No olvides compartir tus propias ideas y experiencias sobre cómo guardar el pan sin plástico. Juntos, podemos hacer pequeños cambios que marquen la diferencia. ¡Hagamos del cuidado del pan una aventura deliciosa y sostenible!

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