Estoy feliz de conocerte!

Si has llegado hasta aquí, es porque valoras el hecho de conocer quién  esta detrás de cada producto o proyecto que ves y te agradezco por eso. Soy Yary, la creadora de La Troja tienda y te voy a contar mi historia. 

Recordar nuestras raíces y mantener vivo el legado de nuestros antepasados, nos hace sentir orgullosos y vienen a nuestra mente lindos recuerdos de aquellos momentos en los que nuestros padres y abuelos nos transmitían sus conocimientos, creando vínculos de afecto muy fuertes. Pues bien, éste, fue el punto de partida de La Troja.


La costura o modistería como solemos llamarle algunos, ha estado presente en mi familia desde que tengo memoria. Desde pequeña siempre me llamó mucho la atención esta labor. Soy hija, sobrina y nieta de costureras y crecí en medio de telas e hilos; y allí aprendí, que coser es un rompecabezas donde todas las piezas están diseñadas para encajar perfectamente entre sí y ser parte de algo más grande o de un gran resultado final.


Soy mercadóloga de profesión y me apasiona mi carrera y mi trabajo; de hecho fue allí, en mi trabajo, donde tuve la fortuna de acercarme a una cultura de cuidado del planeta real y muy exigente debo decir, que a su vez, valora y promueve la creatividad y el trabajo hecho a mano. Creo que esta fue la razón que me llevó a comprar una máquina de coser y empezar a recordar lo que había aprendido a hacer desde pequeña, sólo como pasatiempo, valga la aclaración. Al pasar el tiempo y ver que a mis amigos y familiares les agradaban los utensilios que confeccionaba por tener un uso real, además de que ayudaran a minimizar el uso del plástico, que tanto daño le hace a nuestro planeta, decidí crear este emprendimiento y brindar a otras personas la posibilidad de contar con productos funcionales, duraderos, sostenibles y que sean hechos a mano y de forma responsable y respetuosa con el entorno.


¿Cómo aplico ese concepto de responsabilidad y respeto?

Empiezo por contarte que mido, trazo, corto y coso productos acordes a nuestro presente, testeados y probados por mí y mi grupo de amigos y familiares antes de ofrecerlos en la tienda. Además, trabajo con materias primas a base de fibras naturales y/o retazos de telas que resultan de grandes procesos de confección textil, de proveedores colombianos, para tratar de ayudar a la economía local y que mis productos sean más sostenibles; es decir, que satisfagan las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades, buscando una coherencia entre economía, naturaleza y sociedad.


Me motiva el hecho de poder transformar un pedazo de tela en algo que pueda usarse por mucho tiempo, pero el impacto ambiental que tienen los productos de La Troja, no es el único objetivo a lograr, hay que decir también, que persigo un impacto positivo en el ámbito económico y social. Con esto hago referencia al suministro de materias primas provenientes de comercios y fábricas colombianas, contribuyendo a que nuestra economía local se fortalezca y al trabajo colaborativo con artesanos para ofrecer productos complementarios en nuestro portal web y a través de aliados que, como nosotros, busquen a través de sus comercios ayudar a crear un mundo con hábitos sustentables, con productos que respeten al planeta y a las comunidades, ofreciendo un precio justo para cada artículo que hacemos, facilitando a todo aquel que quiera iniciar una vida sustentable, acceder a nuestra mercadería, sin que el precio sea un impedimento para poder incluir hábitos sostenibles en su vida diaria, permitiéndonos, claro, contar con un margen de ganancia razonable para llevar nuestra filosofía a muchas más personas, y, a su vez, mantener nuestro proceso de forma artesanal, prestando atención a cada detalle, produciendo únicamente las cantidades que nuestra comunidad va necesitando, porque, un consumo consciente, significa, literalmente comprar con consciencia, es decir con una necesidad real detrás.


Es así, como desde La Troja, aporto un granito de arena para mejorar nuestro entorno ambiental, económico y social. Ya que, como dice nuestro slogan, estamos convencidos de que las pequeñas acciones pueden cambiar el mundo. Éste es el detrás de escena de nuestra marca, y digo nuestra porque siento que este emprendimiento pertenece a todos y cada uno de los que con su apoyo y confianza han hecho posible este sueño llamado La Troja.

Los pilares de mi trabajo: 

  1. RERERE: rediseño, reutilizo, reparo, regalo, reduzco o reciclo cualquier cosa antes de tirar a la basura.
  2. Basura cero: Cada pequeña acción es un intento para reducir la generación de basura: diseño de productos, compra de materias primas, diseño de empaques y la elaboración de productos.
  3. Moda lenta: Ofrecemos artículos atemporales, con diseño funcional y hechos para durar buscando que la reposición sea justificada y consciente.
  4. Sostenibilidad: Buscamos satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
  5. Diversidad: respeto y acepto la identidad de cada persona y de su comunidad.
  6. Consumo consciente: satisfacemos necesidades reales y producimos únicamente las cantidades que el mercado va necesitando.
  7. Integridad: Busco un equilibrio ambiental, social y económico.
  8. Economía local: priorizo las materias primas de fábricas y tiendas colombianas
  9. Coherencia: entre lo que pensamos, decimos y hacemos

 

Identidad

Cuando inicié la búsqueda del nombre y diseño de la marca para el emprendimiento, estaba viviendo en Bogotá, y quería que el nombre llevara algo del lugar en el que crecí y al que me regresé a vivir. Por esa razón empecé la búsqueda imaginaria por tierras santandereanas de componentes sueltos y vino a mi mente una edificación que había  en la casa de mis papás: una troja. 

¿Sabes que es una troja? pues te cuento:

La Troja en Santander es una estructura elevada y con paredes hechas en caña brava, destinada al depósito del maíz para su gasto anual y para la próxima siembra.

Usé este tradicional almacén presente en la mayoría de las fincas de nuestra región como la base de mi trabajo: 

  • Para atesorar las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados.
  • Para practicarlas y adaptarlas a nuestro presente.
  • Para tenerlas disponibles para las futuras generaciones

Es de esta manera que intento conservar viejas tradiciones, adaptándolas a nuestro presente para crear nuevas posibilidades de cara a un futuro sustentable.