Quien más quiere pan fresco y sin plástico

Quien más quiere pan fresco y sin plástico

El pan es un elemento clave en la alimentación de muchos de nosotros, ya que está presente en desayunos almuerzos o cenas. Muchas de nuestras abuelas preparaban el pan en casa, y les confieso que es uno de mis propósitos luego de la pandemia, tomar un curso de panadería para prepararlo en casa. Actualmente, voy a la panadería y lo llevo a casa una o dos veces a la semana. Voy a compartirte mi experiencia respecto a su almacenamiento y duración, teniendo presente la idea de generar menos residuos en la compra y conservación de este versátil acompañante en tus preparaciones. 


Empiezo por contarte que no guardo el pan en la nevera porque el frío lo seca y cambia totalmente su textura. Pero, si tengo un pan fresco que no vamos a comernos en dos o tres días, lo congelamos. Para usarlo, lo descongelamos a temperatura ambiente y luego lo pongo en el horno unos segunditos para devolverle su textura original.  


Respecto a la forma de guardarlo, las bolsas de tela de algodón son una muy buena opción, ya que, a diferencia del plástico, que vuelve el pan duro y empapado, la tela deja que el pan respire. Esto significa que su corteza aún está crujiente y el interior del pan permanece suave y esponjoso. Pero para ello, una vez dentro de la bolsa de algodón, debemos cerrarla bien y guardarlo en un cajón para que el constante paso del aire no termine endureciendo el pan. Parece un poco improbable, pero en serio, funciona. 


Muchas personas afirman que un buen pan no debe conservarse a largo plazo, porque está destinado a ser disfrutado tan pronto como lo lleves a casa o salga de tu horno si los preparas tú mism@, pero, si por cosas de la vida diaria y real, tienes un pedazo de pan que no consumiste y se endureció demasiado como para ponerlo en la mesa, te comparto una receta fácil y rápida de tostadas francesas para no tirarlo a la basura. Tomas un banano maduro lo trituras con un tenedor, agregas una pizca de canela molida, linaza molida y leche de almendras, mezclas todo, sacas unas tajadas delgadas del pan y las bañas por ambos lados en esta mezcla. Pones un sartén en la estufa y doras las tajadas por ambos lados a fuego lento; puedes acompañarlas con fruta y mantequilla de maní para un desayunito fácil, rápido y nutritivo. 


Cuando estuve leyendo y averiguando sobre cómo llevar el pan sin bolsas de plástico a casa y cómo mantenerlo fresco, me alegré al encontrar la respuesta en una tela de fibra natural porque una vez llenas y selladas, las bolsas de lona de algodón se ven muy bonitas en tu cocina y a la vez te ahorran mucho papel y plástico a ti y al planeta. 


Son una opción genial para regalar a tus amigos y familiares, que, aparte de ser totalmente útil, porque a quién no le gusta el pan fresco, es respetuosa con el ambiente y un obsequio muy original. 


Como te decía al inicio, estas observaciones se basan en mi experiencia. Estoy segura de que existen muchas otras formas de almacenar el pan sin plástico y es probable que incluso tú conozcas muchas otras, así que, si es el caso, te invito a compartirnos de qué formas guardas el pan en este post de Instagram @latrojatienda. 
 

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