¿Qué tan sostenible puede ser un producto si tus patrones de uso y consumo siguen siendo los mismos?

¿Qué tan sostenible puede ser un producto si tus patrones de uso y consumo siguen siendo los mismos?

La sostenibilidad en los productos es algo complejo y no es tema de blanco o negro. Por un lado, está el tema de la selección de materiales eco- amigables, procesos productivos responsables y un comercio justo, iniciativas que todos hemos escuchado últimamente en muchos emprendimientos nuevos o en marcas con una gran trayectoria, y cuidado porque en esta parte es cuando entra el greenwashing en todo su esplendor: una fachada en la que una marca afirma ser ambientalmente responsable y/o ética cuando, en realidad, no lo es en absoluto. ¿Cómo detectarlo? Investigando mucho y en ocasiones, poniéndote en contacto con la marca.

Retomando el tema central, qué pasaría si te digo que la sostenibilidad no acaba ahí, sino que, por el contrario, es tan sólo el inicio.  ¿Porqué? Bueno, resulta que el impacto ambiental de un producto también tiene que ver con la forma en la que lo usamos y la forma en la que lo desechamos. Te doy un ejemplo rapidito para simplificar la idea, ¿te parece?

Una bolsa plástica está hecha con derivados del petróleo, es de pocos usos y una vez se desecha se queda contaminando el ambiente por muchos años, entonces, tenemos del otro lado a las bolsas de tela reutilizables consideradas un producto eco en muchas partes del mundo ya que pueden reemplazar cientos de bolsas plásticas. ¿Quién refutaría palabras tan sabias, verdad? Pues, resulta que para que la bolsa de tela sea eco, es necesario que una vez la tengas en casa, la lleves cuando vas a hacer tus compras y no tengas que aceptar otra bolsa plástica o decidas comprarte otra bolsa de tela porque la tuya se te quedó en casa y empezar a acumular bolsas de tela porque eso causaría un efecto negativo y la razón es sencilla: producir una bolsa de tela, es, en términos de impacto para el planeta, mucho más costoso que producir una de plástico o de papel.

Así pues, la solución no radica únicamente en la oferta de “productos sostenibles” porque, de hecho, en este momento hay montones de opciones, unas más o menos sostenibles que otras, pero bueno será un tema que abordaremos después. La búsqueda de la sostenibilidad es algo que nos compete a todos como consumidores, y es que tenemos un papel que jugar, que va más allá de la selección de opciones eco en una tienda. Tenemos el deber de desarrollar hábitos para consumir, usar y desechar los productos de manera consciente y responsable.

A menudo, veo confrontaciones entre quienes piensan que el problema del cambio climático, la huella de carbono, la reducción de residuos y demás situaciones ambientales que requieren atención, es asunto de los gobiernos y las corporaciones y quienes piensan que es un tema que debe abordarse desde la perspectiva individual. Y por eso, si has llegado hasta aquí te quiero preguntar: el planeta es la casa de todos, ¿verdad? Entonces creo que no se trata de elegir un bando, sino de trabajar en conjunto por la recuperación de nuestro entorno y de esta manera dejar un planeta lindo a las generaciones venideras.  

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