Que la pereza no te impida cocinar en casa

Que la pereza no te impida cocinar en casa

Hemos llegado al final del reto que te propuse desde la semana pasada en Instagram de cómo cocinar en casa sin que la pereza se interponga, y quise reunirte en una sola parte todos los pasos junto con alguna información adicional en varios aspectos que te pueden servir para empezar a cocinar en casa en semana que pueden ser los días más difíciles para tener un plato sano y nutritivo en tu mesa dadas las responsabilidades de tu estudio, trabajo, familia, tráfico, entre las otras cosas con las que nos cruzamos cada día. Entonces, empecemos:  

Define el menú de tu semana:

Como todo en la vida la planeación es la base de este trabajo, definir el menú de la semana con un listado de desayunos, medias, almuerzos y comidas para una semana de trabajo junto con la lista de mercado, será la base de tu éxito porque te ahorras tiempo al no pensar qué vas a preparar cada día, sino que vas con una receta ya definida. Te permite armar la lista de mercado que necesitas para que el tiempo en el supermercado sea menos ya que sabes exactamente lo que vas a buscar, y lo mejor es que no vas tener que estar yendo a la tienda más cercana a comprar algo que hayas olvidado.

Con este plan de comidas usar la totalidad de tu mercado va a ser muy fácil ya que sabes que ingredientes estás usando en el menú de cada día y de esta manera los tienes en cuenta para incluirlos en otros días en preparaciones distintas para gastarlo todo sin que nada se dañe en la nevera por no haberlo usado en toda la semana. No olvides incluir variedad de frutas y verduras en todos tus platos, son la clave para una buena digestión y una linda piel.

Compra y almacena tus alimentos:

Con tu lista de mercado ve a la cocina y tacha lo que ya tienes en casa, para no comprar cosas que ya tengas y evitar que algo pueda deteriorarse o vencerse antes de haberlo consumido. Ahora si rumbo al supermercado, por supuesto no olvides llevar tus bolsas reutilizables para traer todo el sabor a casa.

En el caso de las frutas, verduras y hortalizas, inclínate por aquellas que no vengan empacadas al vacío, picadas y/o empacadas en plástico y así garantizas que obtienes productos frescos con un valor nutricional activo y evitas llevar plástico desechable a tu casa.  Aplica también para granos o especias si puedes comprarlos granel será mucho mejor porque te ahorras envases innecesarios y en muchos casos, al comprar a granel apoyas a los pequeños agricultores quienes a menudo son los que surten este tipo de tiendas.

Enfócate en lo que tienes en la lista, si ves algo interesante puedes tenerlo en cuenta en el menú de la próxima semana y por favor, sé cauto con las cantidades, por ejemplo, si estas empezando a incluir frutas en tu dieta no lleves un montón de la misma fruta, prueba a llevar una o dos unidades y mayor variedad como una manzana, dos kiwis y un durazno. 

Al momento de empacar las cosas, inicia con alimentos duros como papas, limones, y deja al final cosas delicadas como fresas, aguacates, pastas, etc. Cuando llegues a casa, lavas las frutas y verduras y organízalas de forma separada para que las frutas no descompongan las verduras. Por último, llena los frascos de especias, arroz, aceites y demás insumos para tener tu alacena lista para cada preparación.

Porciona y cocina alimentos por adelantado:

Dividir en porciones y adelantar cocciones para el resto de la semana, es una de las cosas que aprendí a hacer cuando me fui a vivir a Bogotá y es que el tiempo que pasas en el tráfico te hace valorar cada minuto. Por eso el fin de semana, en las tardes empecé a adelantar algunas cositas que me ayudarían mucho para el resto de la semana como una mermelada de frutos rojos, ana pasta de tomate, las porciones lavadas, picadas y congeladas para los batidos (de frutas y verduras), las legumbres cocinas y las sopas eran las preparaciones en las que iba avanzando.

Para el caso de los batidos puedes picar la fruta que más te guste, armar las porciones y guardarlas en una bolsita de silicona en el congelador y así sacar una cada día para tener tu batido listo en dos minutos. Si te gustan los granos, puedes tener una taza de garbanzos, quinoa o lentejas cocidas y guardadas en la nevera para usarlos en una ensalada o en un guisado. Otra opción con la que las legumbres quedan deli es ponerlas en el air fryer unos 20 minutos quedan crocantes y en una ensalada quedan de ataque.

Puedes cocinar los ingredientes de una crema de auyama, espinacas o tomate, dejarla enfriar y guardarla en la nevera para licuar calentar y servir el día que la tengas planeada con unos frutos secos, y un poquito de cilantro. Esta receta para la cena es una opción ligera pero muy nutritiva. Otra cosa que te ahorrará mucho tiempo es deshojar y mezclar lechuga verde, morada, rúgula y demás hortalizas que te gusten dentro de una hierbag para tener una mezcla variada y lista como base de sándwich, wraps o ensaladas.

Empaca tu comida para llevar:

Para que puedas llevar a cualquier lugar el sabor y cariño de la comida hecha en casa, debes tener en cuenta lo siguiente:

Lo primero es dejar una talega especial para llevar tu almuerzo, no lo mezcles con las demás cosas que llevas en tu bolso de mano o en morral para evitar paso de olores o accidentes por derrames.

Empaca las cosas frías y calientes por separado

Para el caso de las ensaladas deja las hojas verdes encima de las demás verduras para que no se marchiten y no le pongas la vinagreta en casa, llévala en un frasco chiquis y la pones cuando la vayas a consumir.

Si vas a llevar una sopita espera a que haya salido el vapor suficiente antes de taparla

Puedes elegir un té como acompañante para tu almuerzo, llevas el té de casa y lo preparas en la oficina y así le bajas un poco de peso y volumen a la talega del almuerzo.

Sigue tu plan de comidas:

 

Como todo proyecto, luego de la planeación y la ejecución, no queda más que monitorear, tu plan de comidas y preparaciones. Es probable que quieras cambiar el menú de un día o de una comida en particular, aquí la invitación es a que los intercambies pero que nos la elimines del todo para que puedas usar los ingredientes que tenías listos previamente y así evitar el desperdicio de comida.

Si aún no sientes la motivación suficiente para empezar a cocinar en tu casa con frecuencia, quiero que analices algo conmigo y te lo cuento en verdad desde mi experiencia personal. A menudo vemos la tarea de cocinar como algo obligatorio o aburrido, pero estamos olvidando que es el acto por medio del cual nutrimos nuestro cuerpo, ese ser que contiene nuestra esencia, que nos lleva a todas partes y nos permite hacer todas y cada una de las cosas de nuestro día a día. Por esta razón quiero que te detengas por un momento a pensar si el hecho de cocinar, más que una obligación, es una actividad básica de supervivencia, así como has aprendido a leer, escribir, usar el PC, manejar, es una actividad básica de tu vida y más cuando te vas a vivir sole o cambias de ciudad o de país. Como todo oficio, necesita aprenderse, pero además para que tus comidas queden deliciosas, necesitas tener una buena actitud, así que ánimo y vamos a intentar disfrutar el momento en el que preparamos nuestra comida y recuerda que, si no vivimos soles en casa, debemos invitar a todos a compartir esta labor.

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