Cuando decidí cambiar la esponja de la cocina por una vegetal, estuve buscando información al respecto: cuidados, recomendaciones, contraindicaciones si las había y experiencias de otras personas que ya hubieran hecho el cambio. En mi ducha diaria, el típico estropajo siempre ha estado presente, así que estaba más que convencida de su eficiencia, pero usar esta esponja de luffa para lavar las ollas, sartenes, platos y cubiertos era algo que me causaba algunas dudas. Estuve leyendo artículo y estudios en internet y luego de llevar poco más de dos años usando esponjas vegetales en el lavaplatos, quiero contarte lo que he encontrado y experimentado.
Empecemos por listar las expectativas que nos hacemos frente a este articulo de aseo diario y ver si las cumple. A la hora de comprar una esponja buscamos, como primera medida que retire la suciedad, pero sin que esto signifique rayar las superficies, es decir que la podamos usar para lavar ollas antiadherentes, copas y otros objetos delicados. Luego, por supuesto queremos que haga espuma, ya que nos da la sensación de limpieza y eliminación de grasa y por supuesto buscamos que dure lo suficiente para no estar en el supermercado cada fin de semana.
El siguiente punto, es el que en verdad vine a exponerte: las bacterias presentes en las esponjas de fregar los platos, aquí debo detenerme y revelarte una verdad fuerte: todas las esponjas, y cepillos albergan bacterias “TODOS” no importa si son plásticos, naturales, de fibras recicladas o de cualquier otro material, o si los usas en la cocina, el lavadero o la ducha. ¿A qué se debe? Según un estudio realizado por científicos del Instituto Noruego de Investigación Alimentaria, la humedad y los restos de comida que mantienen las esponjas o cepillos entre usos crea un ambiente propicio para que las bacterias proliferen y aunque muchas de ellas no son perjudiciales, existen algunas que podrían serlo.
En este mismo estudio exponen que los cepillos son los objetos con menor presencia de bacterias y que la razón de ello, es la rapidez con la que éstos se secan antes de volver a ser usados y por esta razón recomiendan su uso, pero si analizamos la situación, la solución no necesariamente es la de usar cepillos para lavar la loza, y dejar de lado lo demás. Lo que necesitamos es secar la esponja después de cada uso y de esta manera lograremos que las bacterias dañinas mueran. Recuerda que según el estudio todos los objetos usados en la labor doméstica tenían bacterias, sólo que unos tenían menos que otros.
Entonces ¿qué hacer? Hay muchos debates alrededor del tema, y luego de leer varios artículos quiero contarte la conclusión a la que llegué: no podemos eliminar las bacterias del todo, incluso si me cambio a un cepillo para loza, pero si hay cosas que podemos hacer para reducirlas:
- Lavar y aclarar la esponja y/o el cepillo muy bien luego de cada uso
- Dejarlos secando (ojalá al aire)
- Cambiarlos con frecuencia (recomendado casi en toda la info que leí)
Y este último punto, fue la razón para elegir esponjas naturales para la cocina, porque como sabes las esponjas plásticas tardan años en descomponerse y si las cambiamos seguido imagina la cantidad de basura que generaríamos. En cambio, las esponjas vegetales se biodegradan en condiciones naturales, o se pueden compostar y esto, es un enorme alivio para el planeta.